El remate es el principal gesto técnico de ataque de un equipo, es el elemento que culmina la fase ofensiva de una jugada, teniendo como misión superar la red y la defensa contraria, tanto el bloqueo como la defensa de campo.
El Remate: es el acto de golpear un balón, colocado previamente desde una altura superior a la red ( 2.25 para mujeres y 2.43 m para hombres ), hacia el campo contrario. Se compone de cuatro momentos fundamentalmente, carrera de impulso, despegue, golpeo y caída. El Remate es probablemente la técnica individual del voleibol más difícil de dominar puesto que exige de una gran dosis de control y coordinación corporal mientras el jugador se encuentra en el aire, puede este elemento influir directamente en el resultado de un juego.
Carrera de impulso: el desplazamiento abarca en general no más de dos pasos acompañados de un freno (cambio del paso), en ataques repetidos se produce en ocasiones con un solo paso.
La distancia a recorrer abarca entre 2,5 a 4 ms. Con esto el jugador alcanza la velocidad mayor posible en su desplazamiento hacia abajo del centro de gravedad. El primer paso se realiza con la pierna izquierda (en caso de los rematadores derechos) el cual trae a los jugador hacia el balón, el segundo paso tiene un carácter de freno, resulta el más rápido, rasante y largo.
Este paso o sea el último conlleva al jugador a una posición correcta para el despegue, en que el centro de gravedad permanece detrás de los pies. El frenaje se realiza con el pie que primero llegue a la red con el talón del pie y algo de borde interior.
La dirección del desplazamiento corresponde en principio al tipo de dirección del golpeo y de la exactitud del pase. (Lugar del remate).
En relación a los pasos, en el primero de ellos los brazos se llevan hacia atrás y arriba lo más extendidos posibles, durante el segundo paso se balancean estirados en un plano vertical al lado del cuerpo y en la última fase para el despegue se encuentran delante casi oblicuos.
El despegue: se produce con los pies paralelos al ancho de los hombros. En cualquier caso los pies pisan acentuadamente en los talones. A través del despegue se alcanza la eficacia necesaria del salto y también una preparación, muscular y ventajosa para el salto.
El despegue debe ser una acción explosiva, los brazos realizan un trabajo pendular desde atrás hacia delante y arriba para facilitar un mayor y mejor despegue, lo cual garantizará una mejor forma de pegarle al balón.
El golpeo: la fase del golpeo se prepara directamente después de la fase ascendente del despegue y se produce por motivo de movimiento de retroversión del cuerpo. El brazo extendido durante el despegue se dirige continuamente hacia delante y arriba hasta quedar atrás de la cabeza, donde el codo se mantiene dentro de las posibilidades por encima del eje de los hombros. El brazo que no golpea se ocupa del equilibrio del cuerpo en el aire.
El tronco realiza un ligero arqueo atendiendo a la dirección del golpeo, una torsión media o profunda hacia el lado del hombro cuyo brazo golpea. En general debemos ver como el brazo al golpear debe estar extendido describiendo un movimiento rápido hacia abajo, (rompimiento de muñeca) golpeándose el balón fundamentalmente en la parte posterior y superior del mismo.
La caída. El jugador deberá caer sobre la punta de los pies (en ambos) tratando de amortiguar el movimiento y evitar por todos los medios que ocurran lesiones en la rodilla, tobillos. Se deberá tratar de caer en el mismo lugar del despegue evitando de esta forma la falta en la red.
Factores que posibilitan el éxito del rematador
Por medio del repertorio técnico del rematador, atendiendo a su posición.
a. La calidad del pase para el remate.
b. La distribución del espacio.
c. Número y eficacia de los bloqueadores contrarios.
d. La colocación de la defensa del contrario con sus virtudes y debilidades de acuerdo a la situación determinada.
e. La propia condición psicológica del rematador.
f. Tiempo y estado del juego, así como la concepción del propio equipo y de contrario a través de la situación concreta.
Sólo la compresión correcta de los primeros y últimos puntos de vistas es suficiente para presionar a un rematador de poder medio, cuando se medita en el poco tiempo que se dispone para pensar en la acción que se debe ejecutar (alrededor de 1 ó 2 segundos). Sólo el buen rematador puede considerar los factores anteriormente mencionados en la ejecución de su acción de ataque. Está condición es la capacidad de percibir periféricamente, al saltar y durante el mismo, el balón, el bloqueo y una parte del terreno contrario.
Las técnicas principales del remate son.: (se diferencian por la forma de golpear el balón)
Remate Frontal (diagonal o de frente )
Remate Frontal con giro (del cuerpo o de la muñeca en la pegada)
Remate de muñeca
Remate de gancho lateral
Remate de engaño (finta)